“Pienso donde no soy, luego soy donde no pienso” es la afirmación del filósofo y psicoanalista Jacques Lacan que desafía nuestra idea de una imaginada unidad interna, y rebela nuestra alteralidad interior mediante un juego de palabras con el que replica al también filósofo Descartes, autor de la célebre frase : “Pienso luego existo”.

Lacan introduce la división entre el Yo del pensamiento y el Yo del ser, lo que equivale a decir que allí donde yo pienso, de mi ser hay nada y donde no pienso hay un vacío donde emerge mi yo verdadero, por eso, pensar lo primero que venga a la mente, abrirse a lo inesperado, es pensarse a uno mismo, manifestándose en estados de ánimo,sentimientos,deseos y pensamientos, que, al fluir libres, nos descubren que hay dentro de nuestra psique, más allá de toda lógica y que representan nuestro ser más elemental.

En este estado, la vida sigue, pero sin sucesos, no pasa nada, y aparece cierta sensacion de deleite por la aparición del autoconocimiento, del contacto con nosotros mismos y del descubrimiento de experimentar el mundo en comunión con la naturaleza.

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